El período posterior a la crisis de las hipotecas de alto riesgo marcó el mercado inmobiliario de Florida, especialmente Miami. No solo los brasileños, sino también los sudamericanos en general, comenzaron a invertir fuertemente en el “Estado del Sol”. ¡Estamos hablando de 2010 – 2011! Los brasileños no solo vieron los precios extremadamente depreciados de los bienes raíces en Miami como una atracción (un apartamento cerca de la playa en Miami era considerablemente más barato que las propiedades infladas en Brasil). Hacer realidad el sueño de tener una segunda casa en Florida y seguir diversificando la cartera con una inversión en dólares, en una economía sólida, fueron razones más que suficientes para provocar una avalancha de capital verde y amarillo en el sur de Florida. Agregue un clima agradable todo el año y compras en los outlets. El resultado fue un boom inmobiliario, que muchos llamaron burbuja. Bueno, la burbuja estalló. Estamos al final de un ciclo. Siete años después, los precios se vuelven a depreciar de forma extrema.
A partir de 2017, la burbuja comenzó a dar señales de que su fin estaba cerca. Los desarrolladores, en la inercia de los desarrollos de muy alta gama (Porsche Design, Armani Residences, Aston Martin Tower, Muse, etc.), no notaron el final de un ciclo y el cambio en el comportamiento de los inversores. La fuerte apreciación del dólar ha frenado el apetito de los inversores latinoamericanos. Estos no solo dejaron de comprar sino que empezaron a ofrecer las propiedades previamente compradas en el mercado, aprovechando la ganancia cambiaria. El impacto en el inventario de propiedades en venta en Miami fue el detonante. Los precios se desplomaron, la burbuja estalló.
¡Alta oferta inmobiliaria y baja demanda! Los desarrolladores dejaron de construir. La orden fue primero vender las unidades en el estante. La ola de lanzamientos que marcó a Miami antes de 2017 parecía una realidad lejana.
Resulta que, ahora a fines de 2019, el inventario de grandes desarrolladores ya se ha agotado en gran medida. Muy pocas empresas constructoras reaccionan y toman la iniciativa para lanzar nuevos proyectos. Los pocos que se atrevan sólo podrán entregarlos dentro de 4 o 5 años. Asimismo, los latinoamericanos que pusieron en venta sus propiedades tuvieron éxito, ahora sin competencia del alto inventario de desarrolladores.
Por tanto, el ciclo termina. El mercado inmobiliario de Miami llega en 2020 con inventarios bajos y precios depreciados. Dos factores que hacen que la inversión en inmuebles sea sumamente atractiva. ¿Por cuánto tiempo?
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